Su causa es la de la Nación misma y su representación la del poder público. Así será juzgado y así pasará a la historia como fundamento cardinal y resumen entero de la heroica resistencia que el pueblo argentino hiciera a la más odiosa de las
imposiciones.

Por eso perdurará su obra y son poderosos sus esfuerzos, se robustece y vivifica constantemente en las puras corrientes de la opinión; es la escuela y el punto de mira de las sucesivas generaciones y hasta el ensueño de los niños y el santuario cívico de los hogares.

Ha consolidado la unión nacional y su identificación orgánica, de tal moño que ya nadie podrá explotar la criminal perfidia que tanta sangre argentina ha hecho verter, porque la solidaridad está definitivamente consumada, no por las bacanales victoriosas contra ella misma, sí por los infortunios v las desventuras, por los esfuerzos y sacrificios en unísono pensar y sentir, en una sola alma: la de la patria, y en un solo espíritu: el de Dios!

Primera carta al doctor Pedro C. Molina

Su causa es la Nación misma