En 1919 se concreta un proyecto de legislación en materia penitenciaria bajo el gobierno de Hipólito Yrigoyen, que tiende a vincular el trabajo penitenciario a la economía nacional y capacitar a los futuros obreros, preparando la mano de obra no calificada. Igualmente establece que la reforma moral es el fin de la pena y se logrará por intermedio del trabajo y la educación. Se colocaba en cabeza del Instituto de Criminología la clasificación de los internos.
«El problema de la delincuencia, cómo fenómeno de la vida social, los múltiples factores que determinan su reiteración, complicándose con otras cuestiones de diversa índole y que son consecuencias de la civilización contemporánea, imponen a los hombres de gobierno y a los poderes públicos el deber ineludible de su estudio en el terreno legal y científico, buscando las soluciones prácticas concordantes e indicadas por la enseñanza de los hechos y que sean susceptibles de aportar evidentes beneficios a la sociedad»
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«Para prevenir la reiteración del delito e impedir la formación de un ambiente malsano en los centros de población, es indispensable aislar los elementos antisociales que obran como causa constante de perturbación.
Destinados a las colonias o reformatorios en los territorios nacionales esos elementos se irían transformando y mejorando, pues ya es una verdad científica bien comprobada, que el cambio de vida, de ocupaciones y de ambiente ejerce una influencia saludable en el carácter y condiciones del individuo, determinando como consecuencia, numerosos casos de regeneración física y moral»
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«El recluido recibirá educación elemental e industrial, aprenderá un oficio el que no lo tuviera y los perfeccionarán los demás.
Si fuese convertido en ley, al propio tiempo que las reformas al Código Penal, que, están a estudio de Vuestra Honorabilidad, tendríamos dos leyes armónicas y correlativas, cuyas eficiencias se harían sentir de inmediato, con resultados tan saludables que superarían, tal vez, nuestras esperanzas»
Fuente: «Mensaje al Proyecto de ley para la creación de Institutos para la Rehabilitación del Delincuente, mediante la Educación y el Trabajo» (26 de julio de 1919)