Por José Luis Di Lorenzo – Lo Social
La abstención fue concebida por Hipólito Yrigoyen como una de las claves de la lucha para mantener al radicalismo fuera del circuito de acción y de prebendas posibles de un oficialismo usurpador del poder popular y por tanto calificado como Régimen: “La poderosa imposición de un régimen adueñado de todos los gobiernos y devorado por todas las concupiscencias públicas, requería un carácter inquebrantable en la lucha”…Creí sacrílega- agrega- la pretensión del régimen de querer eslabonar su pasado con la actualidad en el escenario de la República”.[21]
Tal lo adelantado, el radicalismo nace de la insurrección contra la usurpación del poder, y en su génesis hubo contradicciones y concupiscencias, que la historia posterior repetirá.
“…Con la Revolución se propuso mantener en pie de permanente rebeldía -en la conspiración constante- a la ciudadanía argentina, contra los usurpadores del poder. Con la Intransigencia se encerraban los postulados del Dogma, en una interpretación ortodoxa e intangible … Con la Abstención se lograba evitar que gran parte de los ciudadanos cedieran a los halagos de las prebendas y del usufructo de las cosas materiales a cambio del debilitamiento de sus conciencias de hombres libres. Era ese modo duro y sacrificado de probar el temple de los mejores, resguardarlos como reservas morales para continuar con la larga lucha, hasta el día final de la victoria”
[21] Hipólito Yrigoyen. Mi Vida y Mi Doctrina. 1923