Por José Luis Di Lorenzo – Lo Social
El uso de la insurrección frente al tiranicidio de los usurpadores del poder revierte cuando el voto como instrumento del “ejercicio ético-político de la identidad radical”, pasa a ser un instrumento realmente revolucionario. “Hay en la igualdad del voto un virus revolucionario. El voto es un arma tan poderosa como el fusil, acaso lo sea más… el sufragio universal y secreto implica pues, un principio de revolución social”[22]
Conociendo como conocía al régimen que enfrentó, advertía lo que lamentablemente terminó siendo un anuncio: “Si por una fatalidad volviera a tomar las riendas del destino de la República, recrudecería la tragedia y de nuevo se volvería a la contienda cruenta en todo el territorio argentino”.[23]
Hace acto de fe en la decisión popular y claramente anota que “…Los pueblos no se equivocan jamás en el ejercicio de los atributos de la vida pública, mientras elijan hombres libres y honorables que interpreten sus inquietudes espirituales y sus ideales…”[24].
Sabía, porque esa fue su lucha que “EL voto popular conculcado durante un tercio de siglo …importaba, a la vez que no complicarse con las parodias electorales del régimen, la afirmación del ideal revolucionario…”, pero también sabía que “Si la U. C. Radical cayera en el error de confundirse con el medio imperante, tendría que convocarse nuevamente a la voluntad nacional porque se habría falseado su misión histórica y perdido su carácter político”.[25]
[22] Hipólito Yrigoyen. Mi Vida y Mi Doctrina. 1923
[23] Hipólito Yrigoyen. Mi Vida y Mi Doctrina. 1923
[24] Hipólito Yrigoyen. Mi Vida y Mi Doctrina. 1923
[25] Hipólito Yrigoyen. Mi Vida y Mi Doctrina. 1923