Yo vine al movimiento nacional con mi cerebro caldeado en la inculcación de un ensueño infinitamente superior e irreductible, y con mi alma inflamada hacia todas las justas y legítimas grandezas de mi patria. En ese propósito santo y puro, que he mantenido incólumne, está toda la savia de mi vida
Memorial a la Corte Suprema de la Nación