Entiende el Gobierno Argentino que la concurrencia de la República a la Asamblea de Ginebra significa la consagración de una solidaridad universal, según la cual todos los Estados comparten los deberes naturales de un común anhelo de paz, sin, por ello, declinar de sus derechos como tales. En una palabra, no es una Sociedad o Liga de Naciones que disminuya o menoscabe la individualidad de las soberanías, ni comprometa facultades, sino que mantiene incólumne el concepto de la integridad, de la independencia y de la libertad de las mismas para fijar los destinos históricos de cada una de ellas, debiendo esforzarse en llegar a armonizar los propósitos de cooperación internacional en la obra de la consolidación de la paz definitiva del mundo.