Por Esteban Crevari
Hombre de elevada estatura, de figura bien proporcionada y aún elegante. Cuello vigoroso, más bien corto que largo. Anchas espaldas, de hombros muy ligeramente levantados, contribuyen a la impresión de solidez y virilidad que produce el tronco y toda su figura. Piernas largas, de equilibrada relación con el busto y el hombre total. Brazos también largos. Complexión robusta y aún recia. Salud extraordinaria. No siente el frío. En su casa no hay calefacción; mientras sus visitantes, abrigados con sobretodos, se hielan en los raros días crueles, él anda de saco, cuyo cuello se levanta para defender un poco el pescuezo. Continue reading →