Por Gabriel del Mazo
Yrigoyen ha sido el más eminente conductor civil de nuestro pueblo. Otros grandes tuvieron también capacidad genial y temple heroico; ninguno como é su unción democrática, su en el hombre como entidad sagrada y universal, su vivencia y conjuro prospectivo y mágico. Ninguno como él encarnó la autenticidad de su pueblo. En la actitud hierática del elegido, fué “el portador de la canalsilla de mimbre en donde el alma del pueblo, sobre su lecho de arcilla, despierta al devenir». El movimiento popular que Yrigoyen representa y conduce durante un tercio de la vida nacional, constituye la primera posibilidad cierta en toda nuestra historia, de expresión integral de lo argentino. Continue reading →