Ningún miembro de los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo, ni sus empleados, civiles o militares, podrán tener, directa o indirectamente, participación de ningún género, ni aún con patrocinantes o apoderados, en las gestiones o contratos que se realicen ante los gobiernos de la Nación o de las provincias, ni en las empresas industriales o comerciales que puedan comprometer con su actuación intereses de orden público
gobierno
Precisamente todo cuanto dejo expresado en este expediente, constituye la comprobación de que sólo he planteado en él las cuestiones básicas de la ciencia del gobierno y de la división de sus poderes en la capacidad y aptitud de cada uno de ellos para llenar su cometido, de la rectitud administrativa y del celo imperturbable sobre todos los asuntos inherentes al gobierno, de cuyas cuestiones V. H. ha eludido sistemáticamente hacerse cargo, con una obsecuencia sin semejanza alguna del Poder Judicial al hecho de la fuerza y al beneficio de ella, por lo que ha incurrido en la más resonante sumisión con todas las odiosas derivaciones a que se refieren las fatídicas leyendas de las perversiones judiciales, causando enormes daños y políticos a la Nación, frustrando con ello todo el desenvolvimiento que yo le había impreso a sus múltiples actividades y malogrando todas sus progresiones en el bienestar económico y tranquilidad social.
De hombres y sociedades sobrios y virtuosos se hacen pueblos libres y focos de civilización, pero de hombres y sociedades a quienes domina el libertinaje y el desenfreno de goces materiales, no se harán sino conglomerados expuestos a todas las contingencias y descomposiciones.
Primero carta al Dr. Pedro C. Molina
Triste condición sería la de un país, si su prosperidad sólo hubiera de consistir en el fomento de sus intereses materiales. El progreso es preferentemente constituido por las fuerzas morales.
Las sociedades no avanzan con paso firme cuando los gobiernos no se inspiran en tan elevados conceptos; la prosperidad material que alcanzan está de antemano condenada a desaparecer en la disipación. Las fuerzas morales desarrolladas concurren a caracterizar la personalidad social, forman barreras de defensa contra los atentados y las arbitrariedades de los gobiernos, y permiten levantar, sobre las bases de una sólida fraternidad de voluntades, la grandeza colectiva.
Manifiesto del 13 de mayo dc 1905.