El presidente electo, Alberto Fernández, homenajeó anoche a Raúl Alfonsín, artífice del retorno de la democracia, en un acto donde buscó asociarse a la imagen del líder radical. «Soy parte de las enseñanzas que dejó Raúl Alfonsín», dijo el presidente electo.
En un auditorio de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), que creó el sindicalista líder de los encargados de edificios, el peronista Víctor Santa María, Fernández presidió el homenaje al líder radical, al que se refirió en varias ocasiones desde que inició la campaña que lo llevó a la presidencia.
Con la platea y el pullman llenos de militantes peronistas y radicales, el homenaje convocó Carmela Moreau, la hija de Leopoldo Moreau, el dirigente radical que se convirtió en el mas férreo defensor del kircherismo y de Cristina Kirchner en el Congreso. La consigna del acto era «Somos la vida, somos la paz, vamos por la unión nacional», en homenaje a la victoria de Raúl Alfonsín, que dio comienzo a la restauración de la democracia hace 36 años, el 30 de octubre.
Carmela Moreau llevó adelante la ceremonia en la que se pasó un video en el que aparecieron Balbín despidiendo a Perón y Alfonsín en su discurso de hace 36 años, en un homenaje que le hizo Cristina Kirchner (aplaudida por la multitud cuando apareció en la pantalla) y Antonio Cafiero diciendo que «Alfonsín es de todos». El acto buscó ubicar a Alfonsín como presidente del «campo popular», para contraponerlo al gobierno de Mauricio Macri o a la dictadura, como se planteó en la convocatoria.
Al comienzo de la ceremonia se entregaron premios y fueron homenajeados el juez Juan Ramos Padilla (radical), defensor del kirchnerismo y padre de Alejo Ramos Padilla, el juez que procesó al periodista Daniel Santoro y declaró en rebeldía al fiscal Carlos Stornelli; al productor Claudio Villaruel, y el cantante Víctor Heredia.
Luego, en un video, dirigentes como Gerardo Zamora y Mario Cimadevilla mencionaron las mismas convicciones en Alfonsín, Cristina Kirchner o Alberto Fernández.
A su turno, y para cerrar, el presidente electo destacó su militancia peronista, pero contó que se infiltró con 24 años en un acto de Alfonsín, seducido por su discurso. Relató que no lo votó a él, sino a Ítalo Lúder, por disciplina partidaria, pero que le gustaban sus afirmaciones.
Fernández aseguró que vio a Alfonsín «hacer cosas enormes», incluido el impulso de la ley de divorcio, que permitió que se casaran sus padres, recordó. Y dijo que como jefe de Gabinete almorzaba al menos cada dos meses pejerrey con puré en la casa de Alfonsín de la laguna de Chascomús. «Alfonsín hizo lo necesario para garantizar la democracia», remarcó.